Alebrijes Blas: El arte que nace de la tierra zapoteca.
SAN PEDRO CAJONOS
Enclavada en la Sierra Norte de Oaxaca, entre cerros envueltos en neblina, bosques de copal y el canto del viento, se encuentra la comunidad zapoteca de San Pedro Cajonos. Allí habita la familia Blas, guardianes de una tradición que, más que un oficio, es una forma de vida: el tallado de la madera.
Desde tiempos antiguos, cuando los primeros campesinos de la sierra abrían la tierra con yunta y arado, surgía un diálogo silencioso entre el hombre y la naturaleza. Las raíces y troncos que brotaban de la tierra no eran vistos como simples desechos, sino como espíritus dormidos que esperaban ser despertados.
Con imaginación y respeto, los hombres y mujeres de la familia Blas comenzaron a darles forma: serpientes, tlacuaches, venados, aves y seres irreales que habitaban tanto el día como la noche del campo zapoteca. Así nacieron los tonas y naguales, guardianes espirituales que acompañan a cada persona desde su nacimiento..
DE LA TIERRA AL ARTE: EL ORIGEN
La tradición artesanal de la familia Blas se fue transformando con el tiempo. De aquellas primeras máscaras talladas en zompantle para las danzas y ofrendas comunitarias, surgió un arte más complejo y colorido: los alebrijes y nahuales.
Cada pieza es más que una escultura: es un puente entre lo humano y lo sagrado, una forma de mantener vivo el vínculo con los ancestros y con la naturaleza que da sustento.
LA EVOLUCIÓN: DEL TIZNE AL ACRILICO
Durante años, las piezas se pintaban con pigmentos naturales: tizne del comal mezclado con lodo y agua. Fue hasta la llegada de la pintura acrílica que los Blas transformaron su estilo, experimentando con herramientas improvisadas: yemas de dedos, espinas de agave, plumas de guajolote y hasta pelos de animales.
Hoy, su técnica es reconocida por coleccionistas nacionales e internacionales; por sus manchas, flamas, escamas, puntos y difuminados fluorescentes, que dan vida a alebrijes y nahuales únicos en el mundo.
ORGULLO ZAPOTECA QUE CRUZA FRONTERAS
Hoy en día, los talleres de la familia Blas en San Pedro Cajonos son un referente del arte oaxaqueño. Sus obras han viajado más allá de la sierra, llegando a museos, galerías, colecciones privadas y hogares de distintas partes del mundo, llevando consigo la esencia espiritual de la Sierra.
Los nombres de David Blas, Rogelio Blas, Medardo Blas, Constantino Blas, Ezequiel Blas e Hilario Blas son reconocidos como artistas que han logrado transformar la madera en poesía visual, manteniendo viva una tradición ancestral y a la vez proyectándola hacia el futuro..
VIVE LA EXPERIENCIA
Visitar la comunidad es adentrarse en un universo donde cada árbol, cada raíz y cada forma tallada respira historia y espiritualidad. En los talleres, se puede sentir el olor de la madera recién cortada, escuchar el ritmo de las gubias sobre el copal y ver cómo de un simple tronco emerge un guardián místico que parece cobrar vida con cada trazo de color fluorescente.
ALEBRIJES BLAS
Y si no puedes llegar hasta San Pedro Cajonos, también puedes vivir la magia en Alebrijes Blas, ubicado en Avenida Independencia 403, Local 3, en la ciudad de Oaxaca, un espacio creado para impulsar y fortalecer la identidad cultural, artesanal y espiritual de nuestra familia.
UNA INVITACIÓN
Cada figura tallada es única, irrepetible y lleva consigo una parte del espíritu de la sierra. Al adquirir un alebrije o nahual de la familia Blas, no solo te llevas una obra de arte: te llevas un pedazo de Oaxaca, un guardián zapoteca y una tradición que late desde hace generaciones.
Te invitamos a descubrir nuestras piezas, a conocer la historia que las inspira y a sentir en tus manos la magia de un arte que nace de la tierra, la memoria y el corazón de la familia Blas de San Pedro Cajonos.
“Udxken’lhe Yugete’le Zed’aw-Yuale Dxtin’toni”. ¡ Gracias a todos por visitarnos!.
